viernes, 6 de junio de 2014

Educar hijos respetuosos con el medio ambiente (segunda parte)

Seguimos con los consejos para ser más ecológicos.

• Beban su propia agua. El agua embotellada es cara y los expertos afirman que no está más limpia ni es más segura que el agua de filtro. De hecho, la gran mayoría del agua embotellada, en realidad, solo es agua corriente filtrada. En EE.UU., el agua del grifo es extremadamente segura. Los suministros de agua municipales se supervisan constantemente y se hacen públicos sus resultados. Y, si no se reciclan, las botellas de plástico pueden acabar en los vertederos.

• Limpien con productos verdes. Muchos productos naturales pueden sustituir a los productos de limpieza de fabricación industrial, muchos de los cuales pueden ser, además, peligrosos. Unos pocos ejemplos: para eliminar el mal olor en alfombras, espolvoree bicarbonato sobre ellas, espere 15 minutos y pase la aspiradora; utilice vinagre y bicarbonato para cualquier tarea, desde limpiar hornos y desagües hasta quitar manchas y pulir o abrillantar metales. Hay muchos sitios de Internet que ofrecen consejos de limpieza respetuosos con el medio ambiente y muchos establecimientos que distribuyen productos de limpieza no tóxicos para aquellas personas que no se los quieran fabricar.

• Echen una mano. En muchas comunidades se favorecen las actividades que respetan con el medio ambiente, como las campañas para limpiar parques de la localidad. Tal vez el área que rodea la escuela de tu hijo necesite ciertas mejoras.
Consigue que tus hijos se conecten con lo ecológico
Anima a tus hijos a encontrar formas de limitar los residuos, reducir el gasto eléctrico, evitar compras innecesarias y reutilizar objetos en sus actividades cotidianas. He aquí cómo:
• Enséñales a conservar la energía. Recuerda a tus hijos que apaguen las luces, las computadoras y el televisor cuando no los utilicen y que eviten quedarse parados delante del refri con la puerta abierta.

• Pídeles que vayan a pie. Si tus hijos pueden ir a pie o en bicicleta al colegio o a visitar a sus amigos con seguridad, en vez de pedir a sus padres que los lleven en coche, ¡anímalos para que opten por lo primero! O, si te preocupa su seguridad, considera la posibilidad de organizar desplazamientos en grupo al y desde el colegio, sea pie o en bicicleta, bajo la supervisión de un adulto.

• Dejen que haya (más) luz. Los niños mayores pueden ayudar a sustituir los focos corrientes por focos más eficaces en términos energéticos. Las fluorescentes compactas proporcionan aproximadamente la misma luz que las incandescentes, pero duran mucho más y utilizan mucha menos energía.

• Reutilicen y recarguen. Compra pilas recargables para los aparatos electrónicos y los juguetes de tus hijos y enséñales cómo cuidar de ellas y cómo recargarlas. Así reducirás los residuos e impedirás que los metales tóxicos, como el mercurio, acaben en los vertederos.
• Pasarlo. Pide a tus hijos que separen aquellos juguetes, libros, ropas y otros objetos que hayan dejado de utilizar para donarlos a organizaciones caritativas locales. Pídeles que te acompañen cuando hagas la donación para que pueden ver cómo grupos, como se utilizan las donaciones para ayudar a otras personas.

Los anteriores consejos solo son algunas de las formas de conseguir que tu familia se vuelva más respetuosa con el medio ambiente. Una vez que consigas que todo el mundo se comprometa en este proyecto de conservación, anima a tus hijos a averiguar nuevas e interesantes formas de ser ecológicos.


¿Puede tu hijo de primaria reducir la cantidad de papel que utiliza para imprimir información procedente de Internet? ¿Podría tu hijo en edad adolescente reducir el tiempo que tarda en bañarse?
Si consigues que tus hijos se comprometan de este modo, empezarán a pensar en cómo sus esfuerzos individuales repercuten sobre el mundo en que vivimos y en cómo los pequeños cambios permiten hacer (y harán) grandes cosas.

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