martes, 3 de junio de 2014

Educar hijos respetuosos con el medio ambiente (primera parte)

Independientemente de que seas un reciclador que hace las compras en bolsas de lona y tiene un tacho para el abono en su patio trasero o un padre ocupado que le interesa idear formas rápidas de separar el plástico del vidrio, te resultará fácil orientar a su familia hacia una vida más ecológica.

No obstante, las mejores prácticas ecológicas requieren la cooperación de todos y cada uno de los miembros de la familia. Entonces, ¿cómo pueden conseguir los padres que sus hijos reduzcan los residuos, reutilicen, reciclen y asuman las demás prácticas básicas de la responsabilidad medioambiental?

Al igual que con la mayoría de los buenos hábitos, la mejor forma de enseñarlos consiste en que seas un buen modelo de rol para tus hijos. Si les muestras que te preocupas por el entorno y lo respetas, tus hijos harán lo mismo.

Se trata de un asunto familiar. He aquí algunas sugerencias a adoptar como familia:

• Enseña a tus hijos el respeto por el aire libre. Puedes empezar por tu patio trasero. Ayuda a tus hijos a plantar un árbol o flores en el jardín. Coloquen un comedero y una pileta para pájaros, así como una pajarera y nidos. Los niños se pueden encargar de limpiar y volver a llenar la pileta, de limpiar los restos de semillas dispersos por el comedero y de rellenarlo cuando se acabe la comida. A mayor escala, pueden programar unas vacaciones familiares centradas en la naturaleza. Tal vez un viaje de verano al Gran Cañón o al Parque de Yellowstone resulte atractivo para su aventurera familia. También pueden hacer viajes más cortos, como una visita de un día a un parque nacional o estatal. Hasta un par de días en la playa les puede ofrecer muchas oportunidades para fijarse y hablar sobre las plantas y animales que se vayan encontrando y sobre por qué es importante proteger sus hábitats.

• Reciclen. Reciclar es fácil y, en algunas comunidades, obligatorio. Entérese de su legislación municipal sobre reciclaje. Algunas comunidades permiten mezclar todos los productos reciclables en un mismo contenedor, mientras que otras exigen separarlos en diferentes contendedores. Es posible que utilices un bote diferente para cada tipo de artículos reciclables, por ejemplo, uno para el plástico, otro para el vidrio, otro para el papel y otro para las latas. Los niños pueden encargarse de catalogar (y enjuagar, en caso necesario) los artículos a reciclar, colocarlos en sus respectivos botes y llevarlos a los contenedores de basura. Pide a tus hijos que, después de vaciar los botes, los enjuaguen (en caso de que estén sucios) y que los vuelvan a llevar a la casa o al garaje.

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