Este programa nace a fines
de los años setenta, de la inspiración de Matthew Lipman, en el Mont Clair
State College de Nueva Jersey en los Estados Unidos de América, tras considerar
las deficiencias en el ámbito cognitivo del pensamiento con que llegaban los alumnos a la Universidad,
y la falta de cuestionamiento sobre su entorno, sobre lo que se les dice y se
les vende, sobre el mundo en general…
¿De dónde venimos?, ¿A
dónde vamos después de morir, si es que vamos?, ¿Por qué me enseñan esto, por
qué dicen una cosa y hacen otra, por qué la injusticia, por qué la desigualdad,
por qué el abuso, por qué es tan difícil comunicarnos y entendernos, por qué
quiero a mi mamá y no la soporto, POR
QUÉ, POR QUÉ Y POR QUÉ????
Internet, anuncios,
publicidad… Todo parece decirles qué tienen que tener, qué querer, cómo
vestirse, cómo actuar. Y si los niños no cuestionan, ni son capaces de pensar
por sí mismos de manera crítica, creativa y cuidadosa, desarrollando las
destrezas del razonamiento y familiarizándose con los componentes éticos de la
experiencia humana, pueden terminar por vivir una vida que no es suya, una vida
por la que no optaron y en la que no encuentren más que insatisfacción y vacio…
- ¿Por qué hay
pobres?, pregunta un niño.
- Porque siempre ha
habido, contesta un adulto.
- ¿Igual que siempre
ha salido el sol, igual que hay día y noche?, vuelve a preguntar el niño.
- Igual!, contesta
nuevamente el adulto
- ¿Igual?, ¿igual,
igual?, insiste el niño, ¿no será que nunca tuvo “chance”, no será que ni
siquiera fue a la escuela, no será que a muchos les conviene que haya pobres
que los sirvan y atiendan, NO SERÁ???.....
- Mmmmm, el adulto ya
no puede contestar…
Cuando afirmamos que los
niños son capaces de hacer Filosofía, nos referimos precisamente a esa
capacidad de hacerse preguntas, de cuestionar la realidad del mundo y de la
sociedad en que vivimos, así como los valores que en ella imperan.
Filosofía para Niños
transforma la clase en una comunidad de investigación, en la que cada miembro,
incluido el profesor, aprende y enseña a los demás. En dicha comunidad debemos
argumentar y encontrar las razones más válidas para afirmar algo. Debemos poder
dar ejemplos, contra-ejemplos, hacer inferencias, anticipar consecuencias,
encontrar la falla en el argumento ajeno, y
en el propio… Todos pensamos, sí, pero no todos pensamos bien, y La Filosofía
para niños, desarrolla la posibilidad de un pensamiento de alto nivel, y
auto-corregible, que es capaz de cuestionarlo todo, para que así podamos
quedarnos con lo bueno, transformar lo malo, mejorar lo mejorable, y finalmente
vivir la mejor vida posible, y hacer de este mundo un mundo mejor.
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