5. ¡Choca esos cinco!
Come fruta y verdura en cada comida, ¡y también entre horas!
La fruta y la verdura son los
alimentos más ricos en vitaminas, minerales y fibra. Todos deberíamos tratar de
comer cinco raciones diarias. Por ejemplo, un zumo de fruta en el desayuno, una
manzana o un plátano entre horas y dos tipos de verdura en las comidas. Con eso
ya tenemos el total. ¿Cuántas variedades puedes distinguir en el supermercado?
¿Por qué no pruebas algunas nuevas?
6. Detalles sobre las
grasas. El exceso de grasas saturadas no es bueno para la salud
Comer muchos de esos alimentos grasos
que tan buenos están (como la mantequilla, las cremas para untar, la carne y
las salchichas fritas, las tartas saladas y los dulces) puede ser malo para el
organismo. Así que, no lo olvides, sírvete una buena ración de pan, pero
modérate con la mantequilla. Aunque hace falta algo de grasa para obtener todos
los nutrientes que necesitamos, comer con moderación esos alimentos es menos
arriesgado para la salud y para la báscula. De modo que, si la comida del
mediodía es más bien grasa, come algo ligero en la cena.
7. Come a la hora
indicada y cambia con frecuencia lo que picas entre horas
Aunque comas con regularidad a lo largo
del día, hay veces en que te entra hambre entre las comidas, sobre todo si has
hecho mucho ejercicio físico. Los tentempiés o aperitivos pueden engañar el
hambre, pero no deben nunca sustituir a las comidas, sino servir sólo de
complemento. Prefiere un bocadillo, fruta o verduras frescas, como apio o
zanahorias. Sean cuales sean tus preferencias, recuerda que lo más sano para
mantener una dieta equilibrada es seleccionar alimentos muy variados.
8. Sacia la sed. Bebe
cuanto puedas
¿Sabías que más de la mitad de tu peso
es agua? Por lo tanto, además de aportarle al cuerpo todos los alimentos que
necesita a diario para estar en forma, tienes que regarlo con un mínimo de 5
vasos de líquido al día. Es muy importante tener siempre bebidas a mano para
evitar la deshidratación, sobre todo cuando hace calor o cuando practicas mucho
ejercicio. Por lo general, aunque no siempre, el cuerpo te la comunicará
haciendo que sientas sed. El agua del grifo está bien, pero también la mineral
es fantástica, así como los zumos de fruta, el té, los refrescos, la leche y
las demás bebidas.
9. ¡Cuida tus
dientes! Cepíllate los dientes al menos dos veces al día
Cepíllate los dientes al menos dos
veces al día. Comer con demasiada frecuencia durante el día alimentos ricos en
azúcar o fécula puede contribuir a la aparición de caries. Así que, ¡no te
pases todo el día comiendo chuchearías y bebiendo refrescos! Si quieres
conservar una sonrisa espléndida, también tendrás que lavarte los dientes dos
veces al día con un dentífrico con flúor. Además, después del cepillado
nocturno, no debes comer nada y beber únicamente agua.
10. ¡Muévete! Haz
ejercicio a diario
Al igual que las bicicletas se oxidan
si no las utilizas con frecuencia, tus músculos y huesos necesitan que los
mantengas activos. El ejercicio es indispensable para mantener en forma el
corazón y fortalecer los huesos. Y puede resultar muy divertido. Procura
realizar algún tipo de ejercicio cada día, como ir caminando al colegio, o
subir las escaleras deprisa. También los juegos que practicas en el recreo,
como el fútbol o saltar a la cuerda, son un buen entrenamiento. La natación es
uno de los deportes más beneficiosos par la salud.
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