(Segunda parte)
Sexto Principio
Los padres somos los primeros educadores.
En una conferencia en Chile el famoso educador David Isaacs señaló que los padres somos los primeros educadores de nuestros hijos y también sus principales abogados. Esto en miras al deber de defender sus derechos.
El mayor beneficiado por la unidad entre el colegio y la familia es el hijo. Esto no significa que, en casos puntuales, los padres no deban hacer valer sus derechos como padres o defender al hijo en determinadas circunstancias.
Séptimo Principio
Educa para el mundo real.
Las actitudes que encierran a nuestros en una burbuja y lo dejan frágil y desprotegido para vivir en el mundo que le ha tocado no sirven.
Padres que viven lamentándose del mundo de hoy, todo está podrido, el futuro es negro, y añorando tiempos pasados.
Padres que para que el ambiente exterior no contamine a los hijos, los sobreprotegen.
¿Cómo preparar a tu hijo para ser parte activa de este mundo y, así, mejorarlo?
- Sólida formación intelectual que le permita pensar por sí mismo y tener criterio propio para ir contra corriente. A los hijos se les enseña a pensar, discutir y defender ideas con temas interesantes en la mesa familiar, con panoramas atractivos, con buenas lecturas…
-Concepto verdadero de tolerancia. Escudados en un falso concepto de tolerancia, hoy se aceptan como legítimas todas las posturas: No hay una verdad objetiva, sino muchas verdades singulares. Hay que enseñar a querer y respetar a las personas, a buscar lo que une y no lo que desune, pero siempre teniendo claro que el mal no puede ser tolerado por una malentendida tolerancia.
Octavo Principio
El amor es inteligente cuando conoce y pone límites.
“Sólo para aquellas personas que no nos importan mayormente, exigimos felicidad a cualquier precio. Con nuestros amigos, con las personas que amamos, con nuestros niños, somos exigentes y preferimos verlos sufrir mucho antes que verlos felices de un modo despreciable y enajenado”, C.S. Lewis.
Los padres que quieren a sus hijos con amor inteligente establecen ciertas normas dentro del hogar, las cuales deben respetarse.
Noveno Principio
Confía siempre en ellos y en su capacidad de reacción.
Cuando los hijos están en plena adolescencia, cuando parece que todo lo que se ha sembrado no sólo no da fruto, sino parece que agoniza, ¡calma!
En lugar de catalogar a tu hijo como por ejemplo, un flojo perdido, un irresponsable rematado, un egoísta sin vuelta… demuéstrale que el cariño de sus padres es a prueba de adolescentes. Un hijo al que se le ponen etiquetas negativas llega a pensar que no tiene futuro; el que siente que ya no se confía en él, pierde toda la seguridad en sí mismo.
Exige en las cosas que son importantes. No des peleas inútiles y haz de tu hogar un lugar seguro con el que tu hijo cuente en medio del temporal. Paciencia, paciencia, paciencia. Busca y reconoce en él las cualidades que tiene. ¡Todos tienen! Incentívalas. Confía. No pierdas la esperanza. Ya verás: pronto saldrá a la luz el hombre y la mujer que hay en su interior. Habrá madurado.
Una historia real:
Tom Cruise tuvo enormes problemas a lo largo de su vida escolar, entre otros, una severa dislexia. ¿Cómo logró este exitoso actor superar esas dificultades? Cruise cuenta que su madre le repitió constantemente, a pesar de que los hechos no parecían darle la razón: “Tienes tantas capacidades, no te des por vencido”. Agradecido, el actor reconoce: “Mi madre me salvó”.
Décimo Principio
Pon metas altas a tus hijos.
El ser humano vale por lo que es, no por lo que tiene. Lamentablemente hoy se aspira más a tener que a ser.
Hay que enseñar a los hijos que el fin de esta vida no es pasar por ella “lo mejor posible”. Los grandes valores e ideales se respiran en el hogar, se inculcan dando ejemplo. Esto supone auto exigencia.
No rebajes los ideales de tu hijo, no lo aplastes con el miedo.
Si como padre suspiras añorando tiempos pasados, si todo el presente es un desastre y el futuro se ve negro como la noche oscura, tu hijo crecerá lleno de temores y será incapaz de emprender pequeñas o grandes iniciativas en favor de otros. Sé optimista y muéstrale cómo con muchos pequeños esfuerzos se logran grandes cosas.
En tus hijos debe quedar grabada una idea clave: Que hay mucho que hacer y se puede hacer mucho.
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